Etiquetas

lunes, 7 de octubre de 2013

Testigo de mis carnes



Debo serte sincero...
hoy soy saco de huesos preso de un delirio turbio
mañana polvo mezquino en busca del mejor beso.

Debo serte sincero...
que lágrimas de sangre visten mi entierro,
y manantiales de agua alimentan el anhelo
que escapó por los ríos que dibujan mi consuelo.

Sincero debería serlo, al menos por un momento,
por vestir de verdad todos mis atuendos
ceñidos a mis carnes presionados por la vida del lamento,
aunque bajo mi coraza escóndase la mentira.

Vuelo alto, cual jilguero que se amotina
y escapa de las rejas que los aíslan de por vida.
Soy sincero, los barrotes me intimidan
y callo tras la sombra del dulce susurro:

“no temas a la vida”